La obesidad puede tener un gran impacto en la salud humana. Uno de los aspectos en los que puede afectar es al funcionamiento del aparato digestivo.
Hablamos de una enfermedad crónica y progresiva, que promueve una disfunción en el tejido adiposo y puede tener diversas repercusiones clínicas, tanto a nivel anatómico como biomecánico.
A fin de enfrentar los problemas digestivos que pueden derivarse de la obesidad, aplicar el tratamiento adecuado es de vital importancia para aliviar los síntomas y prevenir el desarrollo de nuevas enfermedades.
Qué trastornos digestivos pueden derivar de la obesidad
Estos son algunos de los trastornos digestivos relacionados con la obesidad que pueden afectar al sistema digestivo de una persona que padece dicha afección. No significa necesariamente que las vaya a padecer, sino que tiene un mayor riesgo de presentarla.
1. Cálculos biliares
La obesidad aumenta la producción de colesterol en el hígado, lo que puede dar lugar a la formación de cálculos biliares. Estos cálculos pueden obstruir los conductos biliares, generando un dolor abdominal importante, así como diversas complicaciones como la colecistitis.
2. Hígado graso
La acumulación excesiva de grasa en el hígado es muy habitual en las personas con obesidad. Puede progresar a esteatohepatitis no alcohólica (EHNA), una inflamación del hígado que puede llevarnos a padecer fibrosis, cirrosis y, en los casos más peligrosos, al cáncer de hígado.
3. Reflujo gastroesofágico
Padecer de obesidad incrementa la presión intraabdominal, lo que puede provocar una disfunción del esfínter esofágico inferior. Cuando se produce esta circunstancia, el ácido del estómago fluye a través del esófago y causa ardores, lo que a su vez puede provocar daños en el esófago.
4. Adenocarcinoma esofágico
Cuando hay un gran aumento de la grasa abdominal, existe un mayor riesgo de que se produzca un adenocarcinoma en el esófago. Este riesgo de cáncer se produce como consecuencia del reflujo gastroesofágico crónico y los cambios que pueden producirse en el revestimiento del esófago a largo plazo.
5. Alteraciones de la motilidad en el esófago
La deglución se vuelve más complicada en las personas que padecen de obesidad, lo que puede aumentar también el riesgo de atragantamiento. Además, puede tener consecuencias como la disfagia o dificultad para tragar, así como también un mayor dolor en el tórax como consecuencia de las alteraciones en la motilidad.
Tratamiento para los trastornos digestivos y la obesidad
Tomar algunos suplementos que faciliten la digestión puede ayudar a prevenir y combatir la aparición de problemas gastrointestinales.
Es el caso por ejemplo del Probiotic Diet ACN, que posee ingredientes capaces de mejorar la flora intestinal y hacer que tus digestiones sean menos pesadas. Hablamos de un eficaz quemador de grasa, que potencia la saciedad y ayuda a aumentar el metabolismo. Además, su composición permite mejorar la integridad del intestino y aliviar los síntomas del intestino irritable.
Otra de las opciones que tienes es nuestro suplemento de Aloe vera y Papaya + Prebióticos, que ayuda a mejorar el tránsito del colon, mejora la mucosa intestinal, aumenta la biomasa de bacterias probióticas y tiene un gran efecto antioxidante, lo que puede ser de gran ayuda para mejorar la función del aparato digestivo. Al contener extracto de papaya, desempeña también un papel clave en el control de la acidez estomacal y la gastritis.
Desde AtlasCorp te invitamos a tomar muy en serio los riesgos de la obesidad para el funcionamiento del sistema digestivo, y consultar con el médico cualquier duda que tengas al respecto.