La región de la columna vertebral, donde se insertan las costillas, es una zona de fácil lesión. Se considera que la mitad de la población adulta presentará dorsalgia, al menos, una vez en su vida.
Esa región está reforzada por una serie de músculos (trapecios, romboides, escalenos, intercostales, dorsal ancho, transverso-espinosos, etc) que, al contracturarse y provocar espasmo, en gran parte, son el origen de dicho dolor.
También en las dorsalgias el dolor puede estar relacionada con los órganos que están protegidos dentro de la caja torácica. Y en ocasiones puede tener su origen en procesos infecciosos (espondilitis infecciosa), autoinmunes (espondilitis anquilosante), trastornos metabólicos (osteoporosis), traumatismos e incluso procesos tumorales.
Pero las que más se manifiestan son las relacionadas a las contracturas y espasmos musculares. Y aquí juega un rol determinante dos elementos: las malas posturas y el estrés mantenido. Ambas situaciones se presentan habitualmente por las actividades que se desarrollan en la vida laboral y estudiantil, y en muchas ocasiones van de la mano. Y se exacerban al tener una vida sedentaria con escasa o nula actividad deportiva.
¿Cómo prevenirla?
Posturas correctas. Mantener el cuerpo alineado al estar sentado o de pie, para evitar recargar la columna vertebral y permitir distribuir mejor el peso corporal.
Evitar estar mucho tiempo sentado o de pie. Tratar de cambiar de postura y moverse, aunque sea en el mismo sitio para no provocar una tensión extra en la musculatura.
Dormir en un colchón firme y con una almohada que permita alinear las vértebras.
Limitar el uso de los zapatos de tacón.
Practicar deportes. Te permitirá fortalecer la musculatura, mejorar las posturas y también atenuar el estrés.
Controlar la alimentación para evitar el sobrepeso y la obesidad.
Diagnostico
Es importante realizar una radiografía para evaluar la columna dorsal y en caso de ser necesario la TAC y la resonancia magnética, pueden ser determinantes cuando se sospecha de alguna lesión específica, como la hernia de disco.
Tratamiento
Lo fundamental es establecer cuál es la causa del dolor y buscar su alivio.
El tratamiento varía mucho en función de cuál sea el proceso que está causando la dorsalgia.
Cuando en la valoración se observen restricciones de movimiento que puedan ser las causantes del dolor, hay técnicas de fisioterapia específicas para lograr aliviar el cuadro, lo mismo si el origen está en los puntos gatillos.
Se pueden indicar técnicas de automasajes y autoestiramientos.
En relación a la medicación, en ocasiones, aparte de los analgésicos y antiinflamatorios es necesario un relajante muscular.
El tiempo de duración de la dorsalgia, está determinado por la edad de la persona y el origen de la dolencia. Las contracturas musculares son las causas que mejor respuesta se consigue, es solo cuestión de días. Aunque es importante cambios posturales y alimenticios, y la práctica habitual de deportes para evitar recaer.
Si el origen está en una fractura producto de un traumatismo, la evolución favorable, ya necesitará de varios meses.
Es una entidad que tiende a la cronicidad y requiere un tratamiento específico acorde a su causa, y también un cambio en el estilo de vida para no presentar recaídas.
Staff Médico
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